La Pascua del Antiguo Testamento, pre-Imagen de la Pascua del Nuevo Testamento
Compartimos este resumen de la explicación acerca de la Pascua del Antiguo Testamento como PRE-IMAGEN de la Pascua del Nuevo Testamento: la Resurrección de Cristo. En el Antiguo Testamento vemos muchas situaciones que Dios dispuso como pre-imágenes de lo que luego acontecerá en el Nuevo Testamento, para ir preparando al pueblo elegido a la comprensión plena de los actos salvadores de Cristo el Mesías, Salvador del mundo
Pascua y Éxodo de los Hebreos de Egipto:
Moisés volvió a Egipto. En aquel tiempo reinaba allí otro faraón. Luego de haber hablado con los ancianos del pueblo hebreo, Moisés y Aarón se dirigieron al rey egipcio y en nombre de Dios le exigieron que dejara salir de Egipto a los hebreos.
Faraón contestó: “Yo no conozco a vuestro Dios y no dejaré salir al pueblo hebreo,” y ordenó oprimir aún más a los hebreos.
Entonces Moisés, por mandato de Dios, provocó sobre Egipto, sucesivamente, diez castigos (es decir grandes desgracias) para que Faraón aceptara dejar salir al pueblo hebreo de la tierra de Egipto. De esta manera, por la palabra de Moisés el agua de los ríos, lagos y pozos se transformó en sangre; granizo y langostas destruyeron sus plantaciones; tuvo lugar un oscurecimiento sobre todo Egipto durante tres días, y así sucesivamente. Pero a pesar de semejantes desgracias, Faraón seguía sin dejar salir a los hebreos. Él, comenzando desde el segundo castigo, cada vez mandaba llamar a Moisés y le pedía que rezara al Señor para que detuviera la desgracia, y prometía liberar a los hebreos. Pero apenas cesaba el castigo, Faraón nuevamente se endurecía y se negaba a liberarlos. Entonces acaeció el último castigo, el décimo, el más terrible.
Antes del décimo castigo, el Señor ordenó a los hebreos a que cada familia tomara un cordero de un año, lo degüelle, lo cuece y lo coma con pan ásimo y hierbas amargas, sin quebrar sus huesos; y con la sangre del mismo unja los quicios y travesaños de sus puertas. Los hebreos así hicieron.
En aquella noche, el ángel del Señor hirió a todo primogénito de Egipto, desde hombre a ganado. Él pasó sin detenerse solamente por las casas que en sus puertas estaban hechas las señales con sangre (primogénito se llamaba al primer hijo, es decir al mayor). Todo Egipto se levantó en llanto. Faraón llamó entonces a Moisés y le ordenó salir cuanto antes con su pueblo hebreo de Egipto.
Con Moisés salieron hasta seiscientos mil hombres, sin contar mujeres ni niños. Moisés tomó consigo los huesos de José, tal como mandó el mismo José antes de su muerte. Al instante en que los hebreos partían de Egipto, delante de ellos apareció una columna, la cual durante el día era de nuble y durante la noche era de fuego. Ella le indicaba a los hebreos el camino.
El día de la liberación de los hebreos de la esclavitud egipcia quedó para siempre como recuerdo para ellos. El Señor instituyó en este día la fiesta principal del Antiguo Testamento, la cual Él llamó Pascua. La palabra “Pascua” significa: pasar sin detenerse, o liberación de la desgracia (el destructor pasó sin detenerse por las casas hebreas). Cada año, por la tarde de este día los hebreos degollaban y preparaban el cordero pascual y lo comían con pan ázimo. Esta fiesta continuaba por siete días.
El cordero pascual, por la sangre del cual los primogénitos hebreos fueron liberados de la muerte, fue pre-imagen del mismo Salvador Jesucristo, el Cordero de Dios, que tomó sobre sí los pecados del mundo, la sangre del Cual libera a todos los fieles de la muerte eterna.
La Pascua hebrea del Antiguo Testamento pre-representó a nuestra Pascua cristiana del Nuevo Testamento. Como aquella vez la muerte pasó sin detenerse por las casas hebreas y ellos fueron liberados de la esclavitud egipcia y recibieron la tierra prometida, así en la Pascua cristiana, la Resurrección de Cristo, la muerte eterna paso sin detenerse por nosotros: Cristo, habiendo resucitado, nos liberó de la esclavitud del diablo y nos dio la vida eterna.
El traspaso de los hebreos a través del mar Rojo, las aguas del cual se dividieron y libraron a los hebreos de la impiedad y la esclavitud de los egipcios, fue pre-imagen del bautismo, a través del cual nosotros nos liberamos del dominio del diablo y de la esclavitud del pecado.
Luego de salir de Egipto, el pueblo hebreo fue conducido por Dios a través del desierto. Cuando llegaron en el desierto al lugar llamado Refidim, donde no había nada de agua, entonces nuevamente comenzaron a quejarse a Moisés. Por mandato de Dios, Moisés tocó una roca con su vara y de ella vertió agua.
El maná en el desierto y el agua que salió de la roca , los cuales salvaron de la muerte a los israelitas, fueron pre-imágenes del verdadero alimento y bebida para nosotros, es decir el Cuerpo y la Sangre de Cristo , los cuales nos da el Señor en la Santa Comunión y nos salvan de la muerte eterna.
A los 50 días de que liberó al pueblo hebreo de la esclavitud de Egipto, Dios les envía los Diez Mandamientos por medio de Moisés, en el Monte Sinaí. Este suceso Moisés lo instituyó como fiesta de los judíos y lo llamó Pentecostés (por "penta" - 50 días). El Pentecostés del Antiguo Testamento, es decir la entrega de los Diez Mandamientos, es Pre-imagen del Pentecostés del Nuevo Testamento, ya que así como en el primero Dios nos dio los mandamientos como guía para vivir correctamente, en el segundo Dios nos envía el Espíritu Santo que es el Verdadero y Pleno Guía para vivir cristianamente, guiando a cada uno de nosotros en particular, y guiando a la Iglesia en general
Este resumen y las imágenes son del libro "La Ley de Dios" del Padre Serafín Slovodskoy. Un excelente y completo libro de Catecismo para la familia, que está publicado en español.
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