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Movimiento “Woke” o la Total(itaria) democracia




Compartimos extractos del artículo "Тотал(итар)на демократија" escrito por Misha Djurkovic (Dr. en Filosofía y miembro del Instituto de Estudios Europeos) publicado en el diario “Política” de Serbia


¿Qué significa realmente “woke”? Este término inglés, que traducido significa “despierto”, denota personas, movimientos y tendencias que promueven una ideología radical y extremadamente intolerante basada en un mesianismo, que supuestamente lucha a toda costa precisamente por la tolerancia, la igualdad, la diversidad, la conciencia ambiental, etc. La definición del diccionario “Miriam Webster” habla de cómo abordar este fenómeno. Allí se ofrecen dos visiones políticas diametralmente opuestas. La primera se refiere al significado original que surgió después de 2010 y que indica personas fuertemente interesadas o dedicadas a cuestiones de prejuicio racial, injusticia social y el estatus de los grupos minoritarios. Pero a este término le sigue una visión crítica, que indica las actitudes extremistas y fundamentalistas de tales "liberales" o progresistas.


Y, de hecho, toda la cultura woke, que ahora se está extendiendo de manera fundamentalista a todos los aspectos de la actividad humana e intelectual, tiene como objetivo la transformación radical de la sociedad. Su ethos, sin embargo, recuerda más al trotskismo y otras formas de ideologías radicales que al liberalismo clásico, ya que el estado de derecho, la democracia clásica y la santidad de la propiedad privada no pertenecen al dominio de los valores heredados aquí. Por ejemplo, en el campo de la justicia, los teóricos del woke, en lugar de la aplicación clásica del derecho, defienden la idea de que los jueces deben moldear la sociedad con sus sentencias e introducir elementos de justicia social a través de ellas. Por lo tanto, en lugar de proteger la propiedad privada, debería contribuir a la redistribución social y definir de otras maneras lo que considera justo, por supuesto de acuerdo con lo que determina la cultura woke.


Por otro lado, si buscas en Google los libros relacionados con la cuestión del woke, obtendrás una serie de títulos recientes que hablan sobre el capitalismo woke o la ideología woke como una rama e instrumento del corporativismo moderno más brutal. Por ejemplo, el libro de Carl Rhodes de 2022, "Capitalismo Woke: Cómo la moral corporativa sabotea la democracia”. Es decir, en los últimos diez años ha resultado que los principales portadores de esta supuesta lucha por la igualdad y la justicia social son precisamente las corporaciones hipster digitales de Palo Alto, que disfrutan de una posición casi monopólica en el mercado de capitales, información, etc. “Google” y “Meta” controlan la mitad del mercado publicitario global total en el ámbito digital y al mismo tiempo luchan por una supuesta igualdad. Una consecuencia directa de la ideología woke que ayudan e impulsan desinteresadamente, tanto financieramente como desterrando y prohibiendo a los críticos de la esfera pública digital que controlan, es la destrucción de instituciones sociales clásicas como la familia, la parroquia o cualquier forma de comunidad.

Sabiendo por la historia que estas instituciones intermediarias siempre han sido la mayor barrera contra las dictaduras y los sistemas totalitarios, cada vez más gente habla de totalitarismo corporativo digital, cuyo principal instrumento es todo lo que pertenece al dominio del lobo: el fundamentalismo ecológico, el individualismo anárquico hipster, con la figura del consumidor como modelo principal, el transgenerismo, la actitud de contraponerse a Dios en todas las identidades religiosas, el pseudoigualitarismo, etc.

Con el apoyo de corporaciones y sus fundaciones, los activistas woke han dominado la vida académica moderna, especialmente en humanidades. También fue traducido en nuestro país (Serbia – n. del t.) el destacado libro "Cynical Theory" de Helen Plakrose y James Lindsey. Describieron un proceso en el que los estudios y disciplinas clásicas de las humanidades en las universidades occidentales están siendo reemplazados por ciencias y teorías ficticias que son contrarias al sentido común. Además de la teoría crítica de la raza antes mencionada, encontrará la teoría poscolonial, la teoría queer, la interseccionalidad, los estudios de género y los últimos estudios sobre obesidad y discapacidad. Como todo es una construcción en el mundo vogue (aunque afirmen que la identidad de género es natural), la obesidad no es un problema. El hecho de que la ciencia real haya demostrado empíricamente un vínculo directo entre la obesidad y diversas enfermedades es sólo una excusa para que digan que dicha ciencia y medicina son "blancas, heteronormativas, masculinistas, etc." y le ofrecerán sitios con médicos "alternativos". quién no te dirá que debes bajar de peso que aceptarte como tal y disfrutar de tu obesidad.

Y cuando los representantes de la mayoría que todavía afirman que dos más dos es cuatro y que sostienen que todo lo que dice el woke es suicida para las sociedades que la adoptan, empiezan a ganar más espacio y simpatía de la gente, entonces sucede que se les introducen diversas formas de censura y persecución, que hoy se lo llama cancelación. Simplemente suprimen o, mediante algoritmos, reducen al máximo su capacidad para lograr alguna influencia pública o académica. A esto le siguen multas y, a partir de ahora, el envío a prisión de aquellas personas que defienden visiones tradicionales del mundo o que, por ejemplo, impiden que  su hija de catorce años destruya su propia vida al entrar en este proceso de transición y así perder para siempre su derecho a la descendencia.

Este despertar es en realidad la ideología del nuevo totalitarismo corporativo.

Misha Djurkovic




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